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LA VERDADERA FORMA DE LOS ALIMENTOS.

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Se han preguntado cómo han sido nuestros alimentos, la verdadera forma de nuestros alimentos a los largo de la historia como cambiaron y las nuevas formas que adoptaron a lo largo   de los años por raro que parezca los alimentos que poseemos en nuestras cocinas jamás obtuvieron la forma y las características que gozamos   hoy en día sabor, forma y consistencia son atributos que fueron desarrollados por la intervención humana a lo largo de varios años incluso miles algunos obtenidos de forma natural y algunos otros con métodos muy rudimentarios. Sea cual sea la razón echemos un vistazo a su historia. Maíz El más común utilizado en la industria de bebidas en la fabricación de néctares, como espesante natural, y utilizado en la industria avícola como alimento para aves de corral. Y que tan exquisito sabe con queso. Su uso es ya cotidiano no hay alimento existente que no esté elaborado con derivados del maíz, pero su forma fue la misma? Las características actuales del maíz forma color

COMO AUMENTAR LA EFICIENCIA DEL NITROGENO EN EL SUELO

El nitrógeno es un elemento, que por sus funciones en la fisiología de las plantas, es esencial para el crecimiento y desarrollo de los cultivos. Los altos requerimientos de N de las plantas lo convierten en un factor limitante en todos los suelos del mundo. Éste nutrimento es absorbido principalmente en forma de nitrato (NO3 -), aunque puede asimilarse como amonio (NH4 +). La principal fuente de nitrógeno en el suelo es la materia orgánica (98-99% del total) y se encuentra en forma orgánica como parte del humus y que no esta disponible inmediatamente, ya que requiere de diversos procesos de mineralización (Figura 1).


Todo el nitrógeno incorporado al suelo, ya sea de forma química u orgánica, pasa por ciertos procesos que favorecen su pérdida (Figura 2). De forma natural, procesos como; la volatilización, desnitrificación y lixiviación, permiten que el nitrógeno se incorpore al ambiente, reduciendo así, su disponibilidad para el cultivo. En el mismo sentido, existen especies que fijan nitrógeno(leguminosas), incrementanto su eficiencia de aprovechamiento y por ende, reducen los requerimientos de este para estos cultivos.



La volatilización es la pérdida de nitrógeno en forma de amoniaco a la atmósfera y ocurre cuando se utilizan fertilizantes amoniacales u orgánicos en suelos alcalinos (pH>7) que sufren desecamiento rápido. El principal fertilizante que sufre esta pérdida es la urea, la cual puede perder hasta un 40% del nitrógeno aplicado en dosis de 100 kg/ha (Bono y Romano, 2012), pero tambien ocurre con sulfato de amonio y nitrato de amonio (Castellanos et al, 2000). Cuando los fertilizantes son incorporados, las pérdidas por volatilización son bajas tanto en trigo como en maíz. Sin embargo, cuando los fertilizantes no son incorporados la volatilización podría representar de un 5 a 10 % del nitrógeno agregado.
Por otro lado, la desnitrificación es un proceso de reducción bioquímica a través del cual, el nitrato (NO3 -) se pierde a la atmósfera como nitrógeno molecular (N2) u óxido nitroso (N2O). Este proceso es llevado a cabo por bacterias anaeróbicas facultativas, las cuales requieren temperaturas en el suelo cercanas a 25 °C, un pH neutro a ligeramente alcalino, ausencia de oxígeno anaerobiosis) y la presencia de carbono y nitratos. Éstas pérdidas son despeciables en suelos con menos del 60 % de humedad y en condiciones bajo labranza convencional.
Asimismo, la lixiviación es la pérdida de nitrógeno a los mantos acuiferos o aguas profundas. Este proceso ocurre cuando el nitrógeno se encuentra en forma de nitrato (NO3 -), el cual es muy soluble en el suelo y su concentración disminuye con la profundidad. Esta situación es común en suelos arenosos y poco profundos, cuando sobrefertilizamos con materiales nitrogenados, cuando existen elevadas precipitaciones y en condiciones de bajo consumo de nitrógeno por los cultivos, principalmente en etapas iniciales, cuando existe un escaso desarrollo radical. La eficiencia del fertilizante nitrógenado varía desde 30 hasta 90%, sin embargo, los valores mas comunes oscilan entre 40 y 70% (Castellanos et al., 2000). Este intervalo de eficiencia esta determinado por los siguientes factores: 

a) Textura del suelo. 
b) Compactación del suelo. 
c) Incorporación de residuos con alta relacion C/N. 
d) Sistema de riego. 
e) Fuente, epoca y forma de aplicación del fertilizante nitrogenado. 
f) Sistema radical del cultivo. 

Por lo tanto, la eficiencia del fertilizante nitrogenado será mayor en: 

a) Suelos no arenosos, ya que se evita lixiviación de nitratos; 
b) Suelos no compactos, ya que esto provoca bajos contenidos de oxígeno que favorece la pérdida de nitrógeno por desnitrificación, lo cual se agudiza en suelos arcillosos; 
c) suelos con incorporación de residuos con baja relación C/N, debido a que la incorporacion de residuos con una alta relación C/N en suelos arcillosos bajo riego, favorece la pérdida de nitrógeno por desnitrificación; 
d) Suelos con sistemas de riego eficientes, ya que láminas de riego excesivas o altas precipitaciones favorecen la lixiviación de nitrógeno en forma de nitrato, la cual se agudiza en suelos arenosos, 
e) Aplicaciones de sulfato de amonio en etapas tempranas de los cultivos para evitar lixiviaciones en el primer riego; dosificación de los fertilizantes para evitar pérdidas derivadas de la fisiología del cultivo (desarrollo radical, etapa fenológica, demanda interna) y degradacion de incorporaciones de residuos de ciclos anteriores; aplicaciones del fertilizante en bandas cercanas al cultivo pero no en su base por su efecto salino o competencia nutrimental con otras fuentes (según el tipo de fertilizante), 
f) cultivo de especies con raices profundas, ya que los cultivos con sistemas radicales profundos son mas eficientes en el uso del fertilizante nitrogenado. 

Las condiciones que disminuyen el aprovechamiento del nitrógeno en el suelo pueden deberse a uno o más de los factores mencionados, y en su conjunto con las pérdidas naturales determinan los porcentajes de eficiencia para calcular la dosis optima de nitrógeno para cada cultivo y rendimiento esperado. Por lo tanto, estas situaciones deben corregirse o manipularse para obtener una mayor aprovechamiento del nitrógeno aportado al suelo y evitar pérdidas que se traducen en menores gastos para el productor. 

El conocimiento del sistema de producción de cualquier cultivo, asi como las características del suelo y clima; permiten conocer la eficiencia con la cual se aprovecha el nitrógeno aportado al suelo y calcular adecuadamente la dosis del fertilizante requerido para obtener una meta de rendimiento deseada.  

Fuentes 



  • Álvarez, R. 1999. Uso de modelos de balance para determinar los requerimientos de fertilizante nitrogenado de trigo y maíz. EUDEBA. 58 pp. 
  • Bono A. y N. Romano. 2012. Capitulo IX – Nitrógeno. En: Manual de Fertilidad y evaluación de suelos. Quiroga A. y A. Bono (Eds.). Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Centro Regional La Pampa. Argentina. 101-105 pp. 
  • Castellanos R., J. Z., J. X. Uvalle B. y A. Aguilar S. 2000. Manual de interpretación de análisis de suelos, aguas agrícolas, plantas y ECP. 2a edición. México. 201 p. 
  • Plasencia A. y R. D. Corbella. 2009. Nitrógeno en el suelo. En: Química del suelo. Facultad de Agronomía y Zootecnia. Universidad Nacional de Tucumán. Argentina. 1-5 p
Autor
Fertilab.

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