La importancia de conocer la
historia de cultivos de un campo fue demostrar en un caso ocurrido cerca de
Calgary, Alberta en Canada. Un nuevo dueño quería cultivar avena como forraje
verde en un terreno de 65 ha. El proveedor local de insumos fue contactado para
que tomara muestras de suelo y desarrollara una recomendación de fertilización
antes de establecer el cultivo a mediados de mayo. Personal del proveedor
visito el campo y tomo 15 muestras al azar hasta la profundidad de 15cm, las
mezclo y tomo un sub-muestra que fue enviada al laboratorio de suelo para
análisis. El laboratorio informo sobre los niveles disponibles de los
nutrientes N,P,K Y S. Basado en estos niveles, la recomendación de
fertilizantes fue de 132 kg de N, 11kg de P2O5 Y 17 DE K2O/ha para una meta de
rendimiento de 9t/ha. El fertilizante aplicado en la hilera consistió en una
mezcla de fosfato de amonio (11-52-0) y cloruro de potasio, que suministro
2kgN/ha. El resto del N se aplicó como urea en dosis de 282 kg/ha que
suministra 130kg/ha. La urea se incorporó mediante una labor cultural antes de
sembrar. El cultivo creció bien debido a lluvias tempranas en verano seguidas
por un tiempo seco y caluroso en julio y agosto. La cosecha de heno estuvo
cerca de la meta de rendimiento.
Todo resulto bien hasta que el
agricultor hizo un análisis de calidad alimenticia en una muestra del heno. El
análisis mostro un nivel de nitrato de 6000mg, muy por encima del nivel
considerado generalmente seguro de 1500mg/kg de nitrato en heno para alimentar
ganado (cash et al., 2007). El agricultor reclamo que la recomendación de N del
proveedor local fue muy alta causando niveles excesivos de nitrato en el heno.
Investigaciones adicionales hechas por un agrónomo regional del proveedor
encontró que el campo había estado cultivado con alfalfa por 5 años, la que fue
incorporada con arado de vertedera al final del verano del quinto año y dejada
en barbecho, las lluvias fueron mayores que el promedio y consecuentemente, el
agrónomo sospecho que la mineralización de N producto de la descomposición de
alfalfa en el periodo de barbecho, había sido lixiviada a profundidades mayores
que los 15 cm de la profundidad de muestreo. Las muestras tomadas hasta la
profundidad de 120cm por el agrónomo al final del verano correspondiente al
cultivo de avena, mostraron que el N residual en el suelo era de 80kgN/ha. El
alto nivel de nitrato en el heno fue el resultado de un nivel considerable de
nitrato por debajo de la profundidad de muestreo inicial, el que combinado con
el N agregado en el fertilizante resulto en un nivel excesivo de N disponible
para el cultivo de avena fuera aun peor.
Con el conocimiento posterior a
los hechos, si se hubiera investigado la historia de cultivo del lote, y
sabiendo esa información, habría sido correcto tomar muestras de suelo a mayor
profundidad que solo 15cm. En este tipo de situación, se recomiendan tres
profundidades de suelo, 0 a 15, 15 a 60 y 60 a 120cm. En el N residual habría
sido detectado y se habría hecho una recomendación de N mucho más baja para el
cultivo de avena.
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