Introducción
El conocimiento del suelo es de
suma importancia cuando se desean realizar plantaciones de cultivos frutales,
ya que estos cultivos durarán varios años en el terreno. Por tal motivo, dentro
de los proyectos de plantación debe destinarse un tiempo para conocer lo
suficiente las características del suelo y establecer los requerimientos de
preparación física.
El conocimiento del subsuelo, es
entonces, la mejor forma de conocer las características del suelo, ya que se
trata del espacio donde se desarrollarán las raíces y donde ocurrirá el aporte
de agua y nutrientes a las plantas.
Calicatas
Las realización de calicatas o
excavaciones es la metodología más conocida para caracterizar los suelos para
plantaciones de frutales. Este tipo de procedimientos se recomiendan
realizarlos en 1 por hectárea que se desea plantar. La profundidad a la cual
debe realizarse una calicata está definida por la especie, es decir, del
volumen proyectado de raíces de la especie en cuestión cuando esta llega a madurez.
Normalmente esta profundidad está dentro del rango de 1.5 a 2 metros para
varios de los frutales.
En términos generales, las
principales cosas que se buscan con las calicatas es determinar cuáles son las
necesidades reales de preparación del suelo, diagnosticar las posibles
limitaciones, así como también orientar otros manejos fundamentales, como la
correcta elección del sistema de riego, la implementación de camellones y la
adecuada elección de portainjertos. Siendo más específicos, a través de la observación
de las calicatas se caracterizan aspectos como el perfil en textura y
compactaciones, incluso, gente de mucha experiencia puede llegar a conocer el
historial de manejo que ha tenido el suelo.
Análisis de fertilidad del suelo
Aprovechando la realización de
las calicatas se deberán tomar muestras para análisis de fertilidad en
laboratorio. Este análisis brinda gran cantidad de información referente al
estatus nutricional del suelo, es decir, del aporte o cantidades de nutrientes
en el suelo, así como del contenido de materia orgánica, pH del suelo,
conductividad eléctrica, capacidad de intercambio catiónico, conductividad
hidráulica, contenido de carbonatos, problemas de sodicidad y acidez.
Otros parámetros que se
diagnostican mediante el análisis de fertilidad, incluyen la textura del suelo,
severidad de la compactación a través de la densidad aparente, así como
parámetros usados para cuestiones de riego, es decir, el porcentaje de
saturación, punto de marchitamiento permanente y humedad aprovechable. Para el
caso de cultivos frutales se recomienda realizar análisis de fertilidad de
suelos en el estrato de 0-30 o 0-40 cm, mientras que las calicatas darán
información de que tan necesarios son otros análisis a mayor profundidad. Sin
embargo, en la mayoría de los casos únicamente se recomiendan realizar análisis
de textura y retención de humedad a mayores profundidades del suelo.
Las muestras enviadas al
laboratorio para su análisis de fertilidad deben estar conformadas por
submuestras de cada una de las calicatas realizadas. Estas submuestras son
recolectadas y mezcladas para conformar una sola muestra que es enviada al
laboratorio para su análisis. Otro aspecto, pero no menos importante, es que
los análisis de suelos también brindan información referente a las necesidades
de incorporación de mejoradores de suelo como la cal agrícola, yeso agrícola,
fertilización de fondo y aplicación de compostas, los cuales deberán ser
incorporados con suficiente antelación a la plantación.
Fuente consultada
Seguel, P. 2010. Preparación de
Suelos: Elementos que Ayudan a Tomar una Mejor Decisión. Copefrut. Especial
Establecimiento de Huertos. Revista Frutícola. Chile. 47 p.
Autor
Fertilab.
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