En este nuevo post quiero
compartir este pequeño capítulo, de un libro muy interesante que menciona
muchas recomendaciones, sobre las aplicaciones de enmiendas y cuidados que
deben ser tomados en cuenta durante su aplicación.
Funciones del calcio en el suelo
Se conoce con el nombre de
enmienda a toda aportación que se hace al suelo con el fin de mejoras sus
propiedades físicas, químicas y biológicas. El calcio, además de ser un
nutriente para las plantas, actúa como enmienda del suelo por los siguientes
motivos:
Mejora las propiedades físicas
Las partículas de arcilla y humus
se mantienen en suspensión en el agua. Si una suspensión de este tipo se añade
calcio, esas partículas forman un conjunto gelatinoso (estado de floculación).
Como en el suelo existe normalmente una cierta cantidad de calcio, la arcilla y
el humus se encuentran en estado de floculación, formando el complejo
arcilloso-húmico. Por consiguiente, el calcio mantiene el estado de floculación
evitando la dispersión de los coloides.
Rebaja de acidez
Los suelos son ácidos cuando una
parte considerable de los cationes intercambiables son H.
La causa más frecuente de la
acidez del suelo es la lixiviación de cationes básicos (Ca+2, Mg+2, K+,Na+).,
que son reemplazados en el complejo adsorbente por H+ y arrastrados hacia capas
profundas o a las aguas subterráneas.
Los suelos ricos en minerales
cálcicos no se acidifican o tardan mucho tiempo en hacerlo, debido al
suministro continuo de Ca+2. Al aumentar los Ca+2 en la disolución del suelo
ocurre el proceso inverso de la acidificación: los Ca+2 de la disolución del
suelo reemplaza a los H absorbidos al complejo coloidal. Cada ion de calcio
(divalente) reemplaza a dos iones de hidrogeno (monovalente).
El calcio, por su acción de
rebajar la acidez del suelo, establece un pH más adecuado para la mayoría de
los cultivos e interviene indirectamente en la asimilación de otros macroelementos,
puesto que facilita la absorción del fosforo y hace más eficiente el aprovechamiento
del potasio. Al rebajar la acidez del suelo se reduce la solubilidad de los
microelementos (salvo en el caso del molibdeno) evitando los efectos de
toxicidad que pudiera provocar una asimilación excesiva.
Mejora la actividad biológica
El calcio estimula el metabolismo
de los microorganismos del suelo, con lo cual se acelera la descomposición de
la materia orgánica, se favorece la nitrificación y la fijación simbiótica del
nitrógeno atmosférico.
Dinámica del calcio en el suelo
Los minerales cálcicos, por
efecto de la meteorización, van librando calcio soluble, cuyo destino puede
ser:
- Absorbido por las plantas y microorganismos del
suelo.
- Adsorbido por el completo coloidal
- Perdido por lixiviación.
El contenido de calcio en el
suelo suele ser alto en las regiones áridas: en cambio, es escaso en las
regiones de mucha pluviometría, sobre todo en suelos arenosos, debido a las
grandes pérdidas por lixiviación.
Al igual que ocurre con los demás
cationes, los Ca+2 contenidos en la disolución del suelo están en equilibrio dinámico
con los CA+2 adsorbidos al complejo coloidal. Cuando disminuye la cantidad de
calcio contenido en la disolución, una parte del calcio adsorbido pasa a la
disolución para restablecer el equilibrio.
Importancia agrícola del pH del suelo
El pH del suelo parece que ejerce
un efecto indirecto sobre los cultivos, ya que a una determinada acidez o
alcalinidad los elementos nutritivos son más asimilables, los microorganismos
del suelo se desarrollan bien y no existe elementos tóxicos en cantidad
apreciable.
El pH ejerce una gran influencia
en la asimilación de elementos nutritivos, ya que facilita o dificulta su
disolución y crea, a veces, antagonismos iónicos. El comportamiento de los
distintos elementos nutritivos con relación al pH es la siguiente:
·
Nitrógeno.
Las sales amónicas y nítricas son solubles en todo intervalo de pH que
pueda presentar el suelo. La nitrificación tiene lugar con gran intensidad en
intervalos comprendidos entre 6,5 y 8.
· Fosforo.
Con pH inferior a 6,5 disminuye el fosforo disponible, debido a que el hierro y
el aluminio se encuentran muy solubilizados y provocan la formación de fosfatos
insolubles. En el intervalo comprendido entre 6,5 y 7 ocurre la mejor
utilización del fosforo. Con pH superior a 7,5 disminuye la disponibilidad de
este elemento, debido a que el calcio provoca la formación de compuestos
insolubles. Cuando el pH excede de 8,5 el fosforo es algo soluble, debido a que
se combina con el sodio existente en estos suelos.
· Potasio. La
solubilidad del potasio es alta en todo el intervalo de pH que pueda presentar
el suelo. Cuando existe mucho calcio (pH superior a 8) se crea un antagonismo iónico
entre el calcio y el potasio, en donde el exceso de calcio impide la absorción
del potasio.
· Calcio y
magnesio. Estos elementos son uy asimilables con valores altos de pH.
Cuando este excede de 8,5 es casi segura la presencia de sodio que sustituye al
calcio y al magnesio en el complejo coloidal, precipitándose ambos como
carbonatos insolubles.
· Azufre. La
solubilidad del azufre es bastante elevada en toda la banda de pH que pueda
presentar el suelo. Los suelos ácidos son pobres en azufre, debido a las
pérdidas por lixiviación.
Hierro,
magnesio, cobre y cinc. Estos elementos son muy solubles con pH inferior a
5. A medida que aumenta el pH del suelo disminuye su solubilidad, de tal forma
que en suelo alcalino es muy escasa su absorción por las plantas.
·
Boro.
La solubilidad es máxima en el intervalo de pH
comprendido entre 5 y 7. A partir de pH= 8 su solubilidad es insignificante.
·
Molibdeno.
Presenta una gran solubilidad en valores altos de pH y muy poca con valores
bajos.
Considerando en conjunto el
comportamiento de todos los elementos nutritivos se puede decir que el
intervalo de pH comprendido entre 6 y 7 es el más adecuado para la absorción de
nutrientes.
Con respecto a los
microorganismos del suelo, las bacterias y los actinomicetos proliferan mejor
con valores de pH intermedios y altos, reduciéndose notablemente su actividad
con pH inferior a 5,5. Las bacterias que oxidan el azufre actúan en una banda
muy amplia de pH, y lo mismo ocurre con los hongos.
En la tabla siguiente se indican
los valores de pH más deseables para los principales cultivos.
Corrección de suelos ácidos
Los suelos ácidos no son favorables
para el desarrollo de la mayoría de las plantas cultivadas, por lo que se
precisa corregirlos hasta conseguir un pH adecuado. En España los suelos ácidos
predominan en las regiones húmedas (Norte y Nordeste), presentándose acidez de
tipo geológico en otras regiones del oeste peninsular.
La corrección de suelos ácidos se
realiza incorporando materiales que neutralizan la acidez. Estos materiales
reciben el nombre genérico de cales, por lo que se suele denominar encalado a
la acción de incorporar cales al suelo.
Los materiales cálcicos empleados
para las enmiendas calizas son: oxido de calcio (cal viva), carbonato cálcico
magnésico (dolomita y caliza dolomítica), margas calizas, silicato cálcico y
residuos de ciertas industrias. El yeso no se utiliza para este fin, pues
aunque suministra calcio no neutraliza la acidez.
Cuando el pH es igual o superior
a 6,5 no es necesario el encalado. Si el pH es inferior a 5,5 se aconseja encalar
hasta elevarlo a 6,5 con lo cual se cubren las necesidades de los cultivos más
exigentes en el caso de hacer una roturación de cultivos. En caso de cultivos
tolerantes a condiciones acidas no es necesario encalar cuando el pH sea
superior a 5,5 y el contenido de calcio activo sea, por lo menos, de 100 ppm.
Como orientación del encalado se
pueden dar las siguientes dosis por ha para una capa de tierra de 15
centímetros de espesor
Cuando sea necesario elevar el pH
de 4,5 a 6,5 se hará en dos años sucesivos, una unidad cada año.
Los materiales muy pulverizados
reaccionan con mayor rapidez, ya que tienen mayor superficie de contacto con el
suelo, pero su efecto es menos duradero que cuando las partículas sean ms
gruesas.
Las enmiendas calizas se pueden
hacer en todo tiempo, a condición de dejar un intervalo de, al menos, un mes
antes de la siembra o plantación. Es necesario asegurar una distribución
homogénea del producto mediante labores adecuadas, pues la movilidad de los
materiales de encalado es muy pequeña.
Hay que evitar enterrarlos junto
con estiércol o cualquier otro fertilizante orgánico o mineral.
Las leguminosas son las plantas
que más se benefician del encalado, dentro de una alternativa de cultivos, el
encalado debe realizarse de tres a seis meses antes de la siembra que aquellas,
con el fin de que puedan beneficiarse de él.
Las aportaciones masivas de
producto efectuadas de una sola vez modifican bruscamente las propiedades del
suelo, pudiendo provocar efectos desfavorables, tales como la insolubilidad de
algunos elementos fertilizantes y la modificación de la vida microbiana. En
suelos arenosos es preferible utilizar dosis pequeñas repetidas frecuentemente,
mientras que en suelos arcillosos pueden utilizarse dosis mayores distanciadas más
tiempo.
Una dosis excesiva en el encalado
provoca una descomposición muy rápida de la materia orgánica, con lo cual
aumenta el rendimiento de la cosecha durante unos cuantos años, pero a costa de
agotar pronto el suelo, al incorporar al suelo oxido, hidróxido o carbonato
cálcico, una cierta proporción del producto reacciona con el CO3H2 del suelo transformándose
en bicarbonato cálcico soluble.
Los coloides del suelo adsorben
el calcio de la disolución del suelo y también alguna pequeña cantidad de los
compuestos no solubilizados todavía.
Autor
José Luis Fuentes Yagüe
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