El aluminio en los suelos de México
La mayoría de los suelos
agrícolas en el planeta están ubicados en zonas tropicales y subtropicales,
donde existen condiciones de acidez. En México, la mayoría de los suelos ácidos
se encuentran en los estados de Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Tabasco, cubriendo
aproximadamente el 50 % de la superficie en producción. La disponibilidad de
algunos nutrimentos en los suelos ácidos es baja, como consecuencia del lavado
por exceso de agua (lluvias) y por efecto del pH. La acidez del suelo proviene
de las arcillas y materia orgánica, la cual libera ácidos como resultado de su
mineralización. Los suelos ácidos presentan una pérdida de cationes básicos
(Ca, Mg, K y Na) y una acumulación de cationes ácidos (Al e H) debido a altas
precipitaciones o por altos contenidos de materia orgánica. La materia orgánica
a través de la respiración microbiana produce CO2 y al interactuar con el agua,
produce bicarbonato y libera un catión de H+ que acidifica el suelo. Los
cationes ácidos, cuando son liberados a la solución del suelo, producen un
aumento de la concentración de hidrógeno, disminuyendo el pH.
El factor limitante en suelos
ácidos es la toxicidad del aluminio soluble e intercambiable. En este sentido,
cuando el suelo presenta niveles altos de saturación de aluminio se reduce el
crecimiento de las raíces (elongación), lo cual se traduce en una menor
absorción de agua y nutrimentos. Por otro lado, el aluminio impide la
translocación de nutrimentos a la parte aérea de la planta, principalmente
fósforo, calcio y magnesio. Asimismo, Adams y Lund (1966) mencionan que el
aluminio en solución del suelo y en soluciones nutritivas inhibe el desarrollo
de las raíces de las plantas (Figura 1) e influye directamente en el
rendimiento de los cultivos.
En el caso del aluminio (Al3+),
la disminución del pH ocurre porque el ion aluminio en solución acuosa tiende a
hidrolizarse, es decir, a combinarse con agua liberando iones hidrógeno (H+).
Mientras más bajo es el pH, el aluminio se vuelve más soluble (Al3+),
principalmente en pH’s menores de 5, el cual afecta negativamente a la mayoría
de las plantas, ya que en esta forma iónica se le considera toxico. La
acidificación también puede ser provocada artificialmente por aplicar
fertilizantes de reacción ácida al suelo.
El aluminio en la planta
Actualmente, no existen evidencias de que el aluminio sea un mineral esencial
en el metabolismo de las plantas. Sin embargo, se ha reportado que el aluminio
ayuda en el desarrollo de la nueva raíz en la semilla y en el establecimiento
de la plántula. Otros efectos benéficos del aluminio pueden estar relacionados
con la reducción de la absorción de un segundo elemento presente en la
rizósfera a concentraciones potencialmente toxicas, por ejemplo, fosforo, cobre
y manganeso. Por su parte, Foy (1984) menciona que el aluminio incrementa la
disponibilidad del hierro en los suelos calcáreos y que puede bloquear las
cargas negativas en las paredes celulares y en consecuencia aumentar la
absorción de fosforo.
El aluminio en elevadas
concentraciones en el suelo afecta tanto a las raíces como hojas de las
plantas. El síntoma de toxicidad más visible en las plantas es la inhibición de
crecimiento de raíces y parte aérea (Figura 2), siendo esta ultima la parte
menos afectada. Sin embargo, los síntomas de toxicidad de aluminio en hojas son
casi imperceptibles debido a que se asemejan a los mostrados por deficiencia de
fosforo, es decir, hojas pequeñas y de coloración verde oscuro, madurez tardía
y enanismo generalizado, tallos de color purpura, hojas y nervaduras
amarillentas y con necrosis en la punta.
La mayoría de las plantas
intolerantes a la acidez son susceptibles en la fase inicial de desarrollo de
la planta, inmediatamente después de la germinación, al limitar el desarrollo
radical, lo que afecta el metabolismo y, por ende; fecundación, maduración y
desarrollo en general de la planta. En algunos casos la toxicidad por aluminio
puede inducir la deficiencia de calcio, o reducir el transporte del mismo,
induce también deficiencias de hierro en diversos cultivos. Por lo tanto, es
necesario conocer la concentración de este elemento en el suelo para determinar
el manejo del mismo, lo cual se realiza mediante el análisis químico de una
muestra de suelo en laboratorios certificados y que se sustenten en normas
oficiales mexicanas. El desconocimiento de los elementos nocivos para las
plantas en el suelo como el aluminio afecta negativamente el rendimiento final
del cultivo.
Autor
Fertilab
Comentarios
Publicar un comentario